Lectura: 1 Reyes 10:4-10

La ceremonia de apertura de las Olimpiadas en Londres fue el 27 de julio de 2012, tuvo lugar en el estadio Olímpico de Londres construido especialmente para este evento. El espectáculo fue llamado: “Islas maravillosas”, requirió la participación de un voluntariado de miles de personas, e impresionó al mundo por su calidad, cerca de 900 millones de espectadores vieron el show desde su casa. Las principales escenas artísticas fueron las representaciones de la Revolución Industrial británica, el Servicio Nacional de Salud, y el patrimonio literario, musical y cultural de ese país.

En su momento, la reina de Saba también quedó muy impresionada al visitar a Salomón y presenciar las maravillas de las que fue testigo (1 Reyes 10:4-5). Lo que vio de Jerusalén la sorprendió y llegó a exclamar: “Yo no creía las palabras hasta que vine, y mis ojos lo han visto. Y he aquí que no se me había contado ni la mitad…” (v.7).   Sobre todo, esta reina estaba impresionada por la sabiduría de Salomón (vv.6-7).  Llegó a exclamar estas hermosas palabras con respecto a los que estaban al servicio de este rey: “¡Dichosos tus hombres, dichosos estos servidores tuyos que continuamente están de pie delante de ti y escuchan tu sabiduría!” (v.8). Pero lo mejor que hizo esta mujer, fue reconocer que Dios era quien había dispuesto que Salomón fuera rey, para que impartiera a su pueblo “el derecho y la justicia” (v.9).

Leer las palabras provenientes de la boca de esta reina, nos debe hacer pensar en todo el impacto que tuvo Salomón en su pueblo, y aunque sea a menor escala, deberíamos pensar también en cuál es nuestra contribución a quienes nos rodean.  No deberíamos preocuparnos por impresionar a otros con nuestras posesiones o nuestras habilidades; debemos querer que las personas nos recuerden por amar al Señor, porque nuestras acciones muestran que verdaderamente amamos a nuestros semejantes y queremos compartirles sobre las maravillas de una vida cambiada por la presencia del Señor.

  1. ¿Qué pasaría si hoy, cada uno de nosotros hiciera algo que llevase a las personas a alabar al Señor?
  2. Los creyentes somos ventanas a través de las cuales Jesús puede brillar.

HG/MD

“Así alumbre la luz de ustedes delante de los hombres, de modo que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos.” (Mateo 5:16).