Lectura: 1 Juan 3:10-24.

Las palabras que a la mayoría de mujeres les gusta oír con frecuencia, además de “vamos a cenar afuera”, son: “te amo”.  Sin embargo, esto no significa nada para una mujer, si su amado no le demuestra con hechos que en verdad la respeta.  Esta es una realidad aplicable a todo tipo de relaciones.  Debemos hacer más que simplemente decir que una persona nos interesa o preocupa, necesitamos ser solidarios y mostrarle a los demás que en realidad estamos ahí por ellos.

Una pareja de amigos me contaron sobre una anciana que no tenía familia cercana, ni muchos amigos, y ellos por iniciativa propia decidieron involucrarse un poco en la vida de aquella mujer, visitándola de vez en cuando, invitándola a cenar, etc.  Un día frío de invierno, la esposa observó a la anciana arrastrar un pequeño vagón con dirección a un sitio de reciclaje. Al caer la noche notó que la anciana no regresaba y cada vez bajaba más la temperatura, así que decidieron ir a ver que había ocurrido con ella.

Luego de un rato, llegaron al sitio de reciclaje, y encontraron a la anciana sentada al lado del vagón, con su cabeza baja, mirando al suelo, sin importarle mucho la cantidad de nieve que caía.  Él tocó su hombro y la llamó por su nombre.  De repente volvió en sí, levantó la vista y dijo: “Eres la respuesta de Dios a mi oración.  Le acabo de decir a Dios: estoy aquí sola y nadie lo sabe, ni tampoco le importa.  Dios me acaba de mostrar que si le importo a alguien más”.  Él la tomó del brazo y le acompañó a su casa, donde compartieron con ella la comida.  Eso mis amigos y amigas es amar “de hecho y en verdad” (1 Juan 3:18).

  1. Busca formas hoy de que tus palabras se conviertan en hechos.
  1. El amor es acción, no solamente compasión.

HG/MD

“Hijitos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y de verdad.” 1 Juan 3:18