Plan de Lectura: Salmos 143, 144 & Proverbios 20.

El camionero Robin MacAllen de Toronto, Canadá, puso en marcha el motor de su vehículo. El camión estaba cargado con varillas de hierro, y Robin estaba saliendo del corralón de materiales.

Como conocía bien el lugar, Robin casi nunca miraba hacia atrás cuando retrocedía. Siempre suponía que tenía suficiente espacio libre. Pero esta vez, al retroceder, chocó contra otro camión que Robin no había advertido, y ocurrió lo insólito. Una varilla —una sola varilla de la carga— se corrió hacia adelante, traspasó el vidrio trasero de la cabina del camión, entró por la nuca de Robin y salió por la frente.

Increíblemente, el desprevenido camionero no murió. La varilla, de milagro, pasó entre los dos hemisferios de su cerebro, sin causar daño mortal. A Robin lo llevaron de emergencia al hospital, y el comentario sentencioso del cirujano Friedman, que le extrajo la varilla, fue: “Hay veces en la vida en que conviene mirar hacia atrás.”

¡Qué lección tan poderosa la de esta frase del doctor Friedman! Mirar hacia atrás es examinar nuestra vida pasada. Es repasar las experiencias. Es analizar la conducta. Y quien con ojos objetivos mira su vida de ayer y estudia los motivos y las razones por los que hizo lo que hizo, tendrá la madurez necesaria para conducir su vida presente hacia triunfos y victorias.

Es realmente sabio poder prever consecuencias y luego, en todas las decisiones, tener presentes esas consecuencias. Solamente la persona que mira hacia atrás, examinando sus hechos pasados, puede prever consecuencias y ordenar su vida presente con cordura y sensatez.

“Hay veces en la vida en que conviene mirar hacia atrás”, le dijo el doctor Friedman a Robin MacAllen. Mejor le hubiera dicho: “Siempre conviene mirar hacia atrás. Siempre conviene aprender del pasado. Siempre conviene medir nuestra conducta conforme a las experiencias vividas. Siempre conviene tener presentes las lecciones que nuestro ayer nos ha dejado.”

¡Cuántas lecciones aprendemos de las dificultades de la vida!  David escribió estos salmos en el calor del horno de la prueba.  Años después podía cantarlos con gratitud por lo que aprendió en esos tiempos.

1.  Salmo 143.  El inicio de este salmo nos muestra a un David en peligro y deprimido. ¿Cómo logra salir de ese estado? Los versos finales se caracterizan por un movimiento de crecimiento de 11 peticiones descritas en los versos 7 al 12. ¿Qué atributos de Dios le animaban a pedir Su ayuda?

2.  Salmo 144.  En este salmo somos testigos del proceso de la salvación: La salvación pasada (1-4), la salvación (liberación) presente (5-11) y la salvación (prosperidad) futura (12-15).  También utiliza fragmentos de salmos anteriores (Salmos 18 y 8). ¿Cómo era Dios para David en sus luchas contra los malos?  Como rey tenía la obligación de buscar el bien de su pueblo. ¿Cómo lo hacía? ¿Por qué no hay líderes como David hoy?

3.  Proverbios 20.  La justicia puede ser definida como una vida de integridad personal (7), pero es realmente difícil hallar un ejemplo (6, 9).  ¿Cómo te enseña este capítulo `el camino en que debes andar’?  ¿Qué dice este capítulo a los reyes y líderes?  ¿Cuáles son las glorias de los jóvenes y los ancianos?