Lectura: Efesios 3:14-21

Una compañía que utiliza grandes envases de aluminio reutilizables para embalar sus productos, emplea un proceso de limpieza exhaustiva a través de la alta succión para extraer cualquier residuo de material en los envases, como parte del proceso de reutilización.  Durante este proceso los empleados deben calibrar muy bien la potencia de las bombas, ya que si se extrae demasiado aire los envases pueden colapsar, debido a que la presión exterior excede a la interior.

Algo similar puede ocurrir, cuando las dificultades y problemas se presentan en nuestras vidas. Dios nos da poder desde adentro, ya que de lo contrario no podemos soportar las presiones que vienen del exterior.  Si bien es cierto, nuestros amigos y familiares son un gran apoyo cuando pasamos situaciones complicadas, no es comparable con la fortaleza que recibimos de Dios “fortalecidos con poder por su Espíritu en el hombre interior” (Efesios 3:16), la cual impide que nos desplomemos.

El Espíritu Santo es quien renueva y fortalece nuestra mente a medida que profundizamos en nuestra relación con Dios: al estudiar su Palabra, hablar con Él y tener comunión con otros que también quieren compartir su fe.  Al hablar poco con el Señor, no congregarnos, o descuidar el estudio de su Palabra, nos debilitamos y nos hacemos vulnerables.

  1. Solamente una relación creciente con nuestro Señor, hace que nos fortalezcamos interiormente, para que cuando la vida nos golpee podamos soportar gracias a su ayuda.
  2. El poder de Cristo en ti, es mayor que las presiones que te rodean.

HG/MD

“A fin de que, conforme a las riquezas de su gloria, les conceda ser fortalecidos con poder por su Espíritu en el hombre interior” (Efesios 3:16).