Plan de Lectura: Jeremías 42 – 45.

¿Su nombre? María Isabel Flores. ¿Su edad? Treinta años. ¿Su ciudad? México, D.F. ¿La fecha del suceso? Un viernes en la noche, del mes de septiembre. María Isabel Flores, llena de hondas amarguras por decepciones de amor, y perdido todo el deseo de vivir, determinó que ese viernes se eliminaría de la tierra de los vivientes.

Lo había pensado bien. Lo haría de una manera fácil, barata, silenciosa e indolora. «Moriré yo sola  —había indicado—, tranquila, sin molestar a nadie y sin que nadie me llore.» Y en la noche escogida, en el momento preciso, abrió la llave del gas y se acostó a dormir. Pero como a las cuatro de la mañana, por alguna razón inexplicable, hubo una horrible explosión. El vapor letal estalló espontáneamente y la conflagración que se produjo fue pavorosa.

La mujer semi-desnuda, junto con otros muchos inquilinos, salió corriendo a la calle. Allí tuvo que contemplar las consecuencias de su decisión. Nadie murió, pero veintidós apartamentos quedaron en ruinas, y cien personas, sin hogar. De ahí que a María Isabel la echaran en la cárcel, desde donde comenzaría a gestionar su proceso jurídico.

Podemos tomar ciertas decisiones, pero una vez que las llevamos a cabo, no tenemos ningún control sobre sus consecuencias. No hay nada en este mundo, absolutamente nada, que podamos hacer que no tenga consecuencias. Esa es una ley ineludible. El código universal de Dios lo establece en estos términos: «Cada uno cosecha lo que siembra» (Gálatas 6:7).

Los eventos que describen estos capítulos son el fin de la historia del reino del Sur, el reino de Judá.

1.  El capítulo 42 se podría resumir con las siguientes palabras: ¡No entren a Egipto!  ¿Qué indica que estos hombres ya habían decidido qué hacer antes de pedir «consejo» de Dios?  ¿Por qué dice Dios que ellos se habían engañado a sí mismos?  ¿Cuál fue el resultado?

2.  ¿Cómo le llama Dios al Rey Nabucodonosor?  ¿Por qué?  ¿Por qué lo iba a usar contra los judíos y los egipcios así como lo había hecho contra Jerusalén y Judá?  ¿Cuál sería el castigo para los que desobedecieron huyendo a Egipto?

3.  ¿Qué respondieron a las acusaciones por ser idólatras?  ¿Qué habían hecho tan malo las mujeres?  ¿Qué lección aprendes de esta situación?

4.  Este es un ejemplo de un capítulo fuera de secuencia cronológica, pero parece estar en la misma página de Jeremías, debido a sus frustraciones con la respuesta al mensaje de Dios.  ¿Cuál era el problema personal que Dios sabía que tenía Baruc?  ¿Cuál fue Su consejo y Su promesa para este hombre que servía a Jeremías de secretario y asistente?