Lectura: Jeremías 18:1-6

Jeremías observaba con atención mientras el artesano le daba forma a la arcilla. Todo parecía ir bien hasta que el alfarero vio un defecto en lo que estaba haciendo. Pero en vez de desechar la arcilla a la basura,  él volvió a trabajarla hasta que logró corregir el desperfecto, hasta obtener una vasija perfecta.

Dios le dijo al profeta que esto es lo que iba a hacer con Israel. Sus pecados estaban impidiendo que se conviertan en el tipo de nación que Él quería que ellos fueran.  Pero Él quería destruirla o desecharla en el basurero.   Por el contrario, Él estaba creando las circunstancias en sus vidas para hacer los cambios necesarios para remodelarlos hasta obtener una nación agradable ante sus ojos.

Dios hace algo similar con los creyentes de hoy. Ya sea para quitar el pecado de nuestras vidas o para moldear nuestro carácter con el fin de que seamos más semejantes a Cristo, Su objetivo es mejorarnos.

Algunos de los seguidores de Cristo parecen ir por la vida sin mayores experiencias de restauración,  sin embargo esto no es la norma.  La gran mayoría pasamos por circunstancias difíciles o incomodas, que Dios en su infinita sabiduría permite que sucedan.   Como resultado, estas personas pueden apreciar mejor el camino correcto hacia la madurez espiritual y con esto llevar vidas que agranden al Señor más plenamente.

Si usted está pasando por una cantidad inusual de dolor, decepción y dolor, no se desespere.   El Alfarero Celestial está trabajando en su vida.  Deja que sea Él que te dé forma, eliminando las imperfecciones y creando las condiciones para que construyas tu confianza en Él.

1.  Muchas veces no entendemos Señor por qué se presentan los problemas o las enfermedades, sin embargo lo que Dios quiere es que confiemos más en Él, que nos dejemos moldear, descansemos en Su eterna sabiduría y que seamos más dependientes de Su voluntad.

2. Dios a veces nos puede romper, para que Él nos puede rehacer.

NPD/HVL