Plan de Lecturas: Jeremías 16-18.

La cuerda se puso tensa. La banda tocó un redoble de tambor y el público retuvo el aliento. Las luces del circo se apagaron, y un reflector enfocó a Ángela Wallenda. La muchacha comenzaba su número en la cuerda a ocho metros de altura. Esa sería su despedida, la última noche que actuaría ante el público, porque Ángela Wallenda estaba muriendo de cáncer.

Ya le habían amputado una pierna y le habían quitado parte de un pulmón. Pero Ángela, esposa de Stephen Wallenda y madre de un niñito, no había perdido la fe ni la entereza. Aunque venía de una familia de trapecistas con una larga trayectoria, y en el circo caminaba sobre una cuerda floja, no era así en la vida fuera del circo. En la vida caminaba sobre su fe en Dios y sobre una confianza firme en una vida mejor.

Son dignos de admiración los trapecistas que caminan sobre la cuerda floja en los circos. Cada noche de actuación, con cada número que presentan, se juegan la vida. Aunque son muy pocos los que se caen, siempre existe el peligro de un paso en falso, y la muerte siempre los espera abajo, a ocho o hasta a diez metros de distancia.

Así mismo hay muchas personas que, aunque nunca se han balanceado sobre una cuerda y que jamás escogerían esa profesión, caminan sobre una cuerda floja. Es la cuerda floja de la incertidumbre de la vida.

Para algunos es la incertidumbre de su salud. No saben qué síntomas van a sentir mañana, o si morirán de esta o aquella enfermedad.

Otros viven en la incertidumbre matrimonial. No saben si el esposo o la esposa estarán mañana todavía en la casa, o si se escapará con otra ilusión amorosa que destruirá trágicamente el hogar.

Aún otros viven en la perpetua incertidumbre de su situación económica. No saben si la vida tomará un giro favorable para darles todo lo que desean, o si podrán contar con lo indispensable para sus necesidades diarias.

Muchas personas viven con un temor agobiante de lo que les espera después de la muerte. No quieren ni pensar en eso, y prefieren cerrar ojos y oídos antes que hacerse la pregunta: “¿Qué será de mí cuando muera?”

Esas son las personas que caminan sobre la cuerda floja. Pero Cristo quiere darles a todas ellas una base firme, estable, segura. Es la seguridad de la fe y la confianza en Dios. Creer en Él es andar con confianza, seguridad y paz.

Le tocó a Jeremías pasar por las calamidades que él profetizó.  Sólo en este contexto histórico podemos entender lo que Dios le dice y le pide decir a Su pueblo.

1.  ¿Cómo la prohibición divina de casarse y tener una familia fue una forma de proteger a Jeremías?  La abstinencia matrimonial, como la fue el caso de Jeremías, fue un caso especial y no la regla, como Pablo lo recomienda en 1Corintios 7.  ¿Por qué crees que le prohibió mostrar condolencia a las familias que sufrirían muertes por las plagas que venían?  ¿Cuál era su repuesta a la pregunta del porqué de esas cosas?

2.  Pero aunque anunciaba destrucción y cautiverio, ¿Qué más profetizaba?  ¿Qué significa Dios para Jeremías?  ¿Qué significa Dios para ti?

3.  ¿Cuál era el pecado que estaba escrito en el corazón de Judá?   ¿Por qué crees que Dios siempre nos está recordando que no debemos confiar en los hombres, que nuestra confianza plena debería siempre estar en Dios?  ¿No crees que esto nos ayudaría a perdonar cuando alguien nos desilusiona, ya que nosotros directa o indirectamente también hemos decepcionado a otros?  No estoy diciendo que permitamos que nos hagan toda clase de mal, sino que las buenas relaciones pueden romperse por cosas sin importancia.

4.  El día de reposo, así como otras leyes, era señal de la relación especial entre Dios y Su pueblo.  ¿Qué estaban haciendo los judíos los sábados?  ¿Qué tuvo que hacer Jeremías?  ¿Qué le trajo esto como consecuencia?

5.  El punto central de la ilustración del alfarero es que el Señor, como el alfarero, es libres para revisar su trabajo; en el caso de Dios, su relación con Judá.  Dios siempre trató de darle una oportunidad a su pueblo.  ¿Crees que el pueblo entendía estas ilustraciones, cuál fue su reacción?  ¿Cuál es tu reacción cuando Dios trata de moldear tu vida?