Lectura: Lucas 7:1-10

 

Luego de seleccionar a su nuevo equipo de liderazgo, Jesús se sienta con ellos y les da su primera enseñanza como líderes. Su enseñanza gira alrededor de amar a sus enemigos y ofrecerles perdón en lugar de venganza.  Es hora de poner en práctica lo que han aprendido.  Jesús baja de la montaña con su nuevo equipo de liderazgo.  Ellos han sido llamados “para que lo acompañaran y para enviarlos a predicar” -Marcos 3:14.  Ahora es tiempo de entrenar a sus líderes en el campo.  Jesús va a iniciar su entrenamiento enfocado en el corazón del líder.  Él escoge una persona poco común: un enemigo.

 

Al descender de la montaña, van a entrar a Capernaúm.  Esta cuidad va a ser el centro de operaciones del ministerio de Jesús.  Allí, el Padre ha preparado al enemigo indicado para amar: un centurión romano.  El centurión es un soldado romano, que ha sido asignado en el pueblo de Capernaúm.  Su trabajo es mantener la paz, vigilar la recolección de impuestos y administrar el castigo correspondiente a las personas que desafíen al Emperador Romano.  Él es un enemigo de Israel, es un recordatorio diario de la apropiación romana de Israel.  Los romanos son sus enemigos, ellos les han hecho toda clase de cosas perversas y detestables.  El centurión tenía autoridad dada por Roma.  Era un líder sobre muchos soldados y sobre el pueblo de Capernaúm.  El centurión pudo ir a Jesús exigiéndole que sanara a su siervo, pero en cambio, reconoció la autoridad que Jesús tenía sobre él y su siervo.  Así que vino a Jesús de manera humilde, buscando el toque de sanidad de Jesús.  Era un líder que entendía todo con respecto a la autoridad.

 

Jesús ejercitó su autoridad sobre la enfermedad y sanó al siervo del centurión romano.  Jesús expresó amor a un enemigo de su pueblo.  Él puso en práctica lo que les ha estado enseñando. Sanó al siervo del centurión.  “Al regresar a casa, los enviados encontraron sano al siervo.”

 

  1. Jesús enseñó a sus líderes, cómo amar a sus enemigos. Usó al centurión para enseñarles acerca de la autoridad.  Piensa en cómo Jesús te está desafiando a que también te atrevas a perdonar a tus enemigos.
  1. Considera la autoridad de Jesús, sobre la naturaleza, la enfermedad, el pecado y sobre sus enemigos. ¡Cuán grande es nuestro Dios!

SL/ME

Jesús: Máxima Autoridad. “Yo mismo obedezco órdenes superiores y, además, tengo soldados bajo mi autoridad. Le digo a uno: “Ve”, y va, y al otro: “Ven”, y viene. Le digo a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace.” -Lucas 7:8

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic