Lecturas: Mateo 27:46-47; Marcos 15:34

En medio de esa sobrenatural oscuridad, Jesús expresa algunas frases muy puntuales, pero llenas de significado que iremos desarrollando en estos días, la primera de ellas es: “Elí, Elí, ¿Lama sabactani? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”)”.  Jesús estaba citando el Salmo 22:1, este salmo mesiánico nos describe el sufrimiento de una persona que está enfrentando una gran dificultad en soledad, es el paralelo perfecto del Hijo del Hombre muriendo solo en la cruz, fue algo que Él tuvo que hacer por sí mismo, nadie podía ayudarle con esta misión.

La gran pregunta en este pasaje siempre ha sido: ¿realmente abandonó Dios a Jesús?   Lo que debemos tener en cuenta es que este fue el momento en que Jesús experimentó toda fuerza de la copa de la ira de Dios, Jesús fue contenedor de la culpa de los pecados del mundo y por ende recibió el castigo asociado.  Jesús debía pagar ese precio y era un precio de muerte.   Aunque Él explícitamente no nos revela el motivo de ese abandono, podemos pensar en que fue el resultado de su sacrificio y lo que esto conllevaba.

  1. ¡Cuán grande amor fue mostrado por nuestro Señor!
  1. Algunos pensaban que estaba llamando a Elías; así como esas personas no entendían lo que estaba haciendo Jesús y la profundidad de sus palabras, existen miles de personas que aún no le conocen o no han entendido el mensaje de salvación, esto nos da un gran privilegio, podemos ser puentes de la gracia de Dios.

MD/HG

Jesús: El alto precio de Su misión. “Como a las tres de la tarde, Jesús gritó con fuerza: Elí, Elí, ¿lama sabactani? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Mateo 27:46.

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic.