Lectura: Joel 2:12-17

En el libro profético de Joel, Dios declaró: “En medio de Israel estoy yo… nunca jamás será avergonzado mi pueblo” (2:27). Pero anteriormente en ese capítulo, Dios prometió luchar contra Su pueblo. Una plaga de langostas descendería como un ejército voraz sobre la nación (vv.2-11).

Es difícil entender que el Señor lucharía contra Su pueblo elegido. Pero Israel le había dado su afecto a otros dioses.

De hecho, Dios había luchado antes contra ellos. “Por dondequiera que iban, la mano del SEÑOR estaba contra ellos para mal” (Jueces 2:15).

He aprendido que si mi propio corazón se aleja de Dios, puedo contar con que Él luchara para traerme de vuelta. Si me vuelvo orgulloso y seguro de mí mismo, si leer la Palabra de Dios y pasar tiempo en oración parecen una pérdida de tiempo, Dios intervendrá y lidiara conmigo.

Dios luchara contra nosotros por nuestro bien. Él nos permite experimentar la derrota para que lo escuchemos cuando dice, “Rasgad vuestro corazón y no vuestros vestidos; volved ahora al Señor vuestro Dios, porque Él es compasivo y clemente, lento para la ira, abundante en misericordia” (Joel 2:13).

No esperes a que Dios luche contra ti antes de buscar Su rostro. Vuelve a El hoy.

1. ¿Por qué crees que en ocasiones como seres humanos tratamos de luchar contra el amor de Dios?

2. ¿Será acaso que creemos que debemos ganarnos el amor de Dios?  El amor de Dios es gratuito y Él quiere dartelo y aun más allá expresando con los brazos abiertos en una cruz, todo por amor a ti.

NPD/AL