Lectura: Proverbios 23:15-24

Algunas personas le han atribuido a Mark Twain la declaración: “Cuando yo era un muchacho de 14 años, mi padre era tan ignorante que difícilmente podía soportar al viejo a mi alrededor.  Pero cuando llegué a tener 21 años, me quedé asombrado de lo mucho que había aprendido del viejo en 7 años”.
La actitud de los niños hacia sus padres cambia a medida que crecen. Algunos jóvenes muestran poco respeto por sus padres y madres.  Es muy desalentador ver esto. Pero a medida que maduran, muchos comienzan a reconocer que mamá y papá sabían mucho más de lo que ellos pensaban.
Por otra parte, algunos jóvenes se dan cuenta con profundo pesar que, si hubieran seguido el consejo de sus padres, podrían haber evitado muchos dolores de cabeza tanto para ellos mismos, como para su familia.  La Biblia dice: “Hijos, obedezcan a sus padres porque ustedes pertenecen al Señor, pues esto es lo correcto.  ‘Honra a tu padre y a tu madre’. Ese es el primer mandamiento que contiene una promesa: si honras a tu padre y a tu madre, ‘te irá bien y tendrás una larga vida en la tierra’” (Efesios 6:1-3).  El libro de Proverbios aconseja: “Escucha a tu padre, que te dio la vida, y no desprecies a tu madre cuando sea anciana.  El padre de hijos justos tiene motivos para alegrarse.  ¡Qué satisfacción es tener hijos sabios!” (Prov. 23:22,24).
1. ¡Recuerda los hijos sabios hacen padres felices!  Padres sabios le brindan a sus hijos el mejor consejo: Busca a Dios con todo tu corazón y toda tu mente.
2. Tus padres te criaron; no los defraudes. Cría a tus hijos bien, no los defraudes.

NPD/RDH