Lectura: Génesis 2:8-17

Buscando mejorar su salud, un hombre decidió mudarse a un estado con clima más cálido. En su búsqueda visitó muchísimos lugares; entre las preguntas que le hacía a los vendedores estaban las siguientes: ¿Cuál es la humedad promedio? ¿Llueve mucho? ¿Y qué de la temperatura? ¿Cuántas horas de luz tienen en promedio?; y cuando llegaba a la pregunta: ¿Cuál es la tasa de mortalidad? (edad promedio en que la gente muere), la respuesta era casi siempre: “Creo que es la misma que la del lugar de donde usted viene, meses más, meses menos”.

A pesar de todos los avances de la medicina para lograr alargar la vida o tan siquiera mejorarla, la tasa de mortalidad en los diferentes países sigue siendo la misma; ciertamente, en los últimos años se han hecho estudios sobre las llamadas “zonas azules”, que son lugares donde las personas viven un poco más; sin embargo, el resultado de estos estudios aún no son concluyentes, pues los factores que afectan la vida son muchos; y la esperanza de vida en estos lugares tampoco excede por muchísimo la de los países más desarrollados.

La Biblia es clara con respecto a nuestra expectativa de vida: “Y de la manera que está establecido que los hombres mueran una sola vez, y después el juicio” (Hebreos 9:27), esto “porque todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios” y “…la paga del pecado es muerte…” (Romanos 6:23).

Es por ello que no es tan importante cuantos años vivamos, lo importante es lo que hacemos con los años que nos permite vivir el Señor. Es necesario tener la perspectiva correcta, la muerte es lo que nos espera luego de vivir; y posteriormente, luego de la muerte, viene el juicio.  Todo aquel que ha confiado en el Señor al seguirle como su Salvador, tiene la promesa de Dios que luego de la muerte vendrá la “resurrección de vida”; más todo aquel que lo rechace, luego de la muerte, tendrá una “resurrección de condenación” (Juan 5:29), ambos hacia su destino final.

  1. En lugar de preocuparte por cuántos años más vivirás, piensa en cómo planeas usar este día para servirle al Señor y a tus semejantes.
  2. Si bien la muerte es la última página de esta vida, es la primera de la eternidad; y tú ¿qué has hecho con Jesús?

HG/MD

“Y de la manera que está establecido que los hombres mueran una sola vez, y después el juicio” (Hebreos 9:27).