Lectura: Isaías 59:1-21

Las condiciones que Isaías enfrentó en su país eran sorprendentemente similares a las que nos rodean en nuestros días.   La violencia, el engaño, la injusticia, y la conducta autodestructiva abundaban (Isaías 59:3-8). En la búsqueda de soluciones a sus problemas, la gente se parecía a una persona ciega, tropezando en la oscuridad (v.10).

Hoy las personas están reaccionando a la delincuencia, exigiendo acción. Algunos políticos abogan por el control de armas, mientras que otros instan a todos los ciudadanos respetuosos de la ley a tener un arma y saber cómo usarla.  Cada vez es más común gastar miles de millones para ampliar las prisiones.  El problema es que estos esfuerzos sólo tratan los síntomas, no curan la verdadera enfermedad de la sociedad.

Hoy, como en tiempos de Isaías, el verdadero problema detrás de los males de la sociedad es: la rebelión contra el Señor.  Si las personas se arrepienten, Él mostrará misericordia.  Si no lo hacen, Dios traerá juicio a su debido tiempo.

Como ciudadanos creyentes, deberíamos promover lo que Dios dice que es correcto y justo, pero podemos hacer mucho más. Porque sabemos que Dios está en control, podemos proclamar las buenas nuevas de Su salvación. Puede que no seamos capaces de efectuar grandes cambios en nuestra sociedad, pero podemos ser instrumentos de Dios para evitar que personas a nuestro alrededor se dirijan hacia la  destrucción eterna.

  1. Tienes la posibilidad de compartir tu fe en Jesús, las buenas nuevas de salvación, con las personas a tu alrededor, ¿por qué no lo haces?
  2. En vez de ir con la multitud, podemos mostrar el camino verdadero.

NPD/HVL