Lectura: Job 13:1-9

Era ya tarde en la noche, casi tiempo de ir a dormir, y a mí me gusta leer algo o ver algún programa en la TV antes de terminar el día, esa noche estaba leyendo un libro muy interesante, de repente mi esposa dijo: “Cariño, necesito hablar contigo de algo”.  Ella empezó a hablar y luego de unos instantes preguntó: “¿Estás oyéndome?”

Por un momento sentí la tentación de decirle: “Por supuesto que sí, estoy a tu lado, ¿no es cierto?” No obstante, al pensarlo mejor tuve que admitir que mi atención estaba en otro lugar, posiblemente más en lo que acaba de estar leyendo.  Cerré el libro y le dije honestamente: “Disculpa me puedes repetir lo que acabas de decir”.  Ella merece eso de mí.

En la lectura devocional que hicimos, Job padece de una situación similar, estaba frustrado con sus amigos porque estos en realidad no le estaban prestando atención a lo que él les decía.  Parecía que entre más hablaba, ellos planeaban su propia respuesta acorde con sus creencias y no tomando en cuenta lo que Job les compartía.  Todo hacía ver que ellos tenían la misión de convencer a Job de que él era merecedor de lo que le estaba ocurriendo, debido a un pecado desconocido por ellos.  En verdad no estaban prestando atención al profundo lamento e incertidumbre que había en el corazón de su amigo Job.

La mayoría de personas tampoco sabe escuchar, lo que sí sabemos es hablar y juzgar.  Por ejemplo: muchos adolescentes se quejan de que sus padres no les entienden, y dicen estos a menudo les dan respuestas rápidas y sin complicaciones, mientras que el adolescente quiere en realidad alguien que les escuche y se identifique con sus luchas, no alguien que quiera simplemente salir del apuro.

  1. Si quieres que tus relaciones con otras personas sean profundas, tendrás que construirlas sobre la base de la aceptación, la comprensión, el saber escuchar y el callar.
  2. Escuchar verdaderamente a alguien, puede ser la mejor muestra de amor que puedas hacer por esa persona, así que cierra el libro, apaga la TV y escucha.

HG/MD

“¡Oh que callaran del todo! Ello les sería contado por sabiduría.” (Job 13:5).