Lectura: Colosenses 3:1-11

De acuerdo con algunos instructores de escuelas de vuelo, una de las lecciones más difíciles que deben aprender sus alumnos, es aterrizar en pistas cortas y peligrosas, y para ello el alumno debe aprender a mantener su mirada en la pista y a bloquear de su mente la sensación del peligro inminente por el aterrizaje. Los buenos instructores de vuelo enseñan a sus alumnos, que los pilotos experimentados concentran su atención en el tramo de la pista que el avión debe seguir, y mantienen los peligros únicamente en la visión periférica.

La tendencia natural es que nos concentremos en los obstáculos, problemas, o en aquello que estamos tratando de evitar, y está comprobado que un piloto que presta demasiada atención al peligro, tarde o temprano caerá en él.

Pensar en esta tendencia humana, debe hacernos meditar en un principio bíblico que leímos en la lectura devocional para este día.  En lugar de concentrarnos en el pecado que queremos evitar, debemos poner nuestra mirada en Cristo y trabajar para su obra.

El apóstol Pablo le dijo las siguientes palabras a los creyentes de Colosas: “Ocupen la mente en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Col. 3:2).  Debemos quitar de nuestras vidas las viejas maneras de pensar y actuar (Col.3:5-9), y vestirnos de una nueva manera de vivir gracias al perdón que Cristo nos ha dado (Col.3:10-17).

  1. Cuando el Señor se convierta en el foco de nuestras vidas, el atractivo de lo que éramos antes, poco a poco quedará en el pasado y podremos aterrizar a salvo en el centro de la voluntad de Dios.
  2. Quienes fijan su mirada en Dios, no se distraen con las cosas de la tierra.

HG/MD

“Ocupen la mente en las cosas de arriba, no en las de la tierra”  (Colosenses 3:2).