Mártires de la Fe

Joven China – China Continental – 1966 a 1969

En la época de los Guardias Rojos entre 1966 a 1969, una joven china se negó a traicionar los secretos de la iglesia clandestina, a pesar de que había sido torturada una y otra vez. Le preguntaron cómo pudo soportar tanto sufrimiento.
“No fue difícil”, respondió ella. “Mi pastor me había enseñado que la verdadera tortura duraba poco tiempo. Por cada minuto de tortura, había diez minutos donde se miran los rostros enrojecidos y las herramientas para infligir dolor. Yo decidí mantener los ojos cerrados todo el tiempo. No veía el palo antes de recibir el golpe y, por lo tanto, el sufrimiento se reducía aún más.
Descansé en la promesa de Jesús, “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”. Yo purifique mi corazón del temor a los hombres y aprendí a ver a Dios. Cuando los comunistas se percataron de mi defensa, me pegaron cinta adhesiva en los ojos para mantenerlos abiertos, pero ya era demasiado tarde. Mi visión ya había cobrado un aspecto nuevo y yo había visto a Dios, como muchos otros lo habían visto antes.
Por lo tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. – 2 Cor.3:18 (RV60).
Tomado del libro: Locos por Jesús, pág. 236