Lectura: Salmos 31:9-24

Después del ataque terrorista en Bali en el 2002, un hombre reacciónó dejando de viajar. Tres años después, finalmente llevó a su familia de vacaciones a Bali, junto con otros 50 turistas de Newcastle, Australia. El viaje terminó en tragedia cuando la familia de este hombre quedó atrapada en un ataque suicida en un café en la Playa Jimbaran.

Las advertencias y amenazas de ataques terroristas continúan de Nueva York a Indonesia. El aguijón del terrorismo proviene de su exportación del temor. Nadie se siente a salvo.

En el Salmo 31, David estaba en las garras de amenazas del momento que aterrorizaban tanto su reputación como su vida. Escribió, “El terror esta por todas partes”, y dijo, “Planean quitarme la vida” (v.13).

Cuando todo parecía ser de lo más sombrío, David clamó en desesperación, “Oh Señor, en ti confío” (v.14).  Comenzó a encontrar paz cuando reconoció, “En tu mano están mis años” (v.15).

En nuestro mundo, no es posible tener la seguridad perfecta. Pero el Dios de David es nuestro Dios. Aunque nuestra seguridad terrenal pueda verse amenazada, nunca podemos perder el amor eterno e inquebrantable de Dios.

Para aquellos que confían en el Señor, David escribió estas palabras llenas de esperanza: “[El Señor] alentará vuestro corazón” (v.24). Cuando colocamos nuestros tiempos en Su mano, podemos cambiar el temor del terror por la paz y la alabanza.

  1. ¿Acudes a Dios tan sólo cuando te sientes amenazado(a)? ¿No crees que deberías también acercarte a él, cuando estás pasando por el valle de la felicidad (por así decirlo?
  2. Cuando alguien está en problemas, ¿Estás dispuesto a ser un instrumento de Dios en ayuda de esa persona?

NPD/AL