Lectura: Lucas 6:27-35

Jesús inicia su entrenamiento de líderes al explicarles cuáles son las expectativas del ministerio. Ellos deben esperar tiempos de pobreza, de hambre, de llanto e insultos y rechazo, por causa de su fe en Jesús.  Estos son momentos de “bendición”.  La bendición es estar en estos momentos en la presencia del Padre.  También se deben esperar tiempos de riqueza, de saciedad, de risa y de elogios.  Estos son tiempos de “aflicción”, y de precaución, no se debe caer en la trampa del orgullo.  Se debe mantener la vista en el Padre. Debemos darle a Él la alabanza en los tiempos buenos y malos.  En todo momento con la vista fija en el Padre.

Jesús luego de compartir esto,  describe la increíble estrategia del Padre para conquistar al mundo.  Ahora es tiempo de comenzar la revolución.  La estrategia es bastante sencilla: “Amar al enemigo”.  Jesús no pudo ser más directo al hablar.  Los está llamando a un amor ágape, un amor celestial, sin condiciones, sin ataduras.  Observa detenidamente este amor.  Jesús dijo: “Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los maltratan.  Si alguien te pega en una mejilla, vuélvele también la otra. Si alguien te quita la camisa, no le impidas que se lleve también la capa.  Dale a todo el que te pida, y si alguien se lleva lo que es tuyo, no se lo reclames.”  Esto no es amor humano.  El amor humano dice “Te voy a amar si…”  Si haces lo que digo, si haces lo que quiero, si me amas.  Jesús lo llama: “…amar a quienes los aman” (Lucas 6:32).  El mundo sabe todo acerca de este tipo de amor, que está siempre sujeto a cómo se responde.  El amor de Jesús es sobrenatural y ama aún a sus enemigos. ¡Increíble!

Jesús dijo: “Ustedes, por el contrario, amen a sus enemigos, háganles bien y denles prestado sin esperar nada a cambio. Así tendrán una gran recompensa y serán hijos del Altísimo, porque él es bondadoso con los ingratos y malvados.”  Es más fácil amar a mi enemigo, si recuerdo que Dios me amó primero cuando yo era su enemigo y al morir por mí en una cruz.  Romanos 5:10 dice: “Porque si, cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, habiendo sido reconciliados, seremos salvados por su vida!”

  1. Pasa algún tiempo hoy agradeciéndole a Dios por haberte amado primero, aún cuando eras su enemigo.
  1. ¡Gracias Señor, por tu amor inmerecido!

SL/ME

Jesús: Nos Ama.  “De parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de la resurrección, el soberano de los reyes de la tierra.  Al que nos ama y que por su sangre nos ha librado de nuestros pecados.” – Apocalipsis 1:5

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic.