Lectura: Salmos 23

La palabra conectado refleja nuestro estilo de vida actual. Es raro que una persona vaya a alguna parte sin un teléfono móvil, un iPad, un ordenador portátil o una tablet. Se nos puede encontrar las 24 horas del día. Algunos psicólogos consideran que este afán de permanecer conectados es una adicción. Sin embargo, un número creciente de personas está reduciendo deliberadamente el uso de la tecnología. Ser un «antitec» es su manera de preservar los momentos de quietud y limitar el caudal de información que los inunda.

Muchos seguidores de Cristo perciben que un tiempo diario de lectura bíblica y de oración es esencial para su andar cristiano. Esta “hora silenciosa” nos desconecta de las distracciones externas para conectarnos con Dios. Los “delicados pastos” y las “aguas de reposo” del Salmo 23:2 van más allá de una idílica escena campestre. Hablan de nuestra comunión con el Señor mientras Él restaura nuestra alma y nos guía en Sus sendas (v. 3).

Todos podemos apartar un tiempo para reunirnos con Dios, pero ¿lo hacemos? En su librito, “7 minutos con Dios”, Robert Foster nos sugiere una forma de comenzar: Empieza orando brevemente para pedir ser guiado, luego lee la Biblia unos minutos y termina con una oración corta de adoración, confesión, gratitud e intercesión por otras personas. Hoy es vital dedicar un tiempo para conectarnos con el Señor, el cual es nuestra vida.

  1. ¿Si te preocupas por estar siempre localizable a través de tus dispositivos móviles, porque no te preocupas por tener una conexión directa y diaria con Dios?
  2. Toma el reto de los 7 minutos con Dios, a partir de esta semana.