Lectura: Hechos 19:17-41

Un profesor de africano de misiones y teología, fue confrontado por su médico durante un examen médico. El médico no estuvo de acuerdo con el trabajo del profesor y le dijo que él estaba enseñando a los estadounidenses a “colonizar” su tierra natal.  Pero el profesor le señaló que el objetivo de los misioneros no es cambiar la cultura, sino a llevar a las personas a la fe en Cristo.

Es cierto que cuando las personas se convierten en creyentes abandonan algunas de las prácticas que caracterizan su cultura. Pero eso es un resultado, no el objetivo . Por ejemplo:, cuando la gente de la tribu Udek en Chali , Sudán, se convirtieron al cristianismo , rechazaron la práctica de enterrar a los bebés vivos con su madre si ella moría durante el parto.  El objetivo final de estos creyentes no era el convertir a las personas de su cultura, sino enseñarles de Cristo. Sin embargo, funcionarios de Naciones Unidas han reconocido públicamente la labor de los misioneros entre los creyentes de Udek y entre sus vecinos no creyentes, al combatir esta práctica.

El apóstol Pablo vio al evangelio trabajando en la sociedad de Éfeso. Cuando los hechiceros se volvieron a Cristo, quemaron sus libros ocultistas con valor 50.000 piezas de plata (cada pieza equivalía al salario de una jornada de trabajo) esto lo encontramos en Hechos 19:19.  Los plateros que hacían imágenes de Diana estuvieron a punto de irse a la quiebra (vv.23-27).

1. No es nuestra responsabilidad el cambiar cultura en que vivimos. ¡Sólo el poder de Dios a través del evangelio puede hacer eso!

2. El evangelio produce un cambio interno, que rompe las cadenas del pecado.

NPD/HVL