Lectura: Salmos 125:1-5

El otro día hablé con un hombre que expresó su temor sobre el futuro. Él está seguro de que el mercado de valores se bloquearía.  Él pensaba que Estados Unidos sería tomado por las fuerzas del mal, y que la iglesia estaba llena de mundanalidad.  Y todo esto a pesar de que profesa la fe en Jesucristo, y sin embargo aún tenía miedo.

El Salmo 125 nos recuerda que no hay por qué temer al futuro. El salmista alaba a Dios porque Él se ha comprometido a proteger y preservar a su pueblo. El Salmista cantaba: “…Así como las montañas rodean a Jerusalén, así rodea el Señor a su pueblo, ahora y siempre” (verso 2).

Dios promete darnos Su gracia. Estamos a salvo por toda la eternidad porque Él lo dijo. Jesús dijo que ninguno de los suyos sería arrebatado de las manos de Su Padre (Jn. 10:28). Y Pablo escribió que nada nos puede separar del amor de Dios (Romanos 8:38-39).

Esto NO significa que tenemos la libertad de salir y pecar. Pablo escribió enfáticamente acerca de la incompatibilidad de la práctica de un estilo de vida pecaminoso cuando hemos “muerto al pecado” (Rom. 6:1-4).

1. Los que conocemos al Señor y siguimos sus caminos tenemos la seguridad de que nuestro futuro es tan seguro como el carácter inmutable de Dios .

2. No tienes que temer a dónde vas, cuando sabes que Dios va contigo.

NPD/DCE