Lectura: Juan 14:15-24

Durante varios años, nuestra familia vivió en el sur de California mientras yo era el pastor de una iglesia allí. La comunidad en la que vivíamos no contaba con los recursos para que la policía patrullara todas las calles. Así que había una auténtica preocupación por la falta de seguridad como resultado de conductores imprudentes.

En respuesta a la situación, los funcionarios de la ciudad salieron con una solución a la que llamaron los “Oficiales de Cera”. Estos maniquíes uniformados fueron colocados en patrulleros a lo largo de la carretera. Obivamente estos “oficiales” no podían perseguir a los infractores de la ley ni emitir multas, pero tan sólo la aparición de patrulleros “tripulados” fue suficiente para hacer que los conductores disminuyeran la velocidad. Fue una manera creativa de engañar a las personas para que obedecieran la ley.

Como creyentes en Jesucristo, no se nos debe obligar o engañar a hacer lo que es correcto. De hecho, la obediencia puede perder su importancia si sólo obedecemos por obligación o deber. Nuestro deseo debe ser hacer lo que agrada a nuestro Señor porque Le amamos. Jesús dijo: “El que tiene Mis mandamientos y los guarda, ese es el que Me ama” (Juan 14:21).Debemos “[ambicionar] serle agradables” (2 Co. 5:9).

  1. Hagamos lo correcto por la gratitud de nuestro corazón por Su gracia para con nosotros.
  2. No le amamos porque debemos amarle, le amamos porque estamos profundamente agradecidos y enamorados de Él.

NPD/WEC