Plan de Lectura: Salmos 77 – 79.

Fue un verdadero niño prodigio. A los cuatro años de edad tocaba sus propias composiciones. A esa misma edad daba conciertos de piano. A los seis triunfaba en varios países de Europa. Los críticos lo comparaban a Mozart o Liszt. Era, en todo sentido de la palabra, un niño prodigio.

El célebre psicólogo Dr. Geza Revesz de Amsterdam escribió sobre él un libro clásico: La psicología de un prodigio musical. Todo el mundo le auguró una brillantísima carrera artística. Todo lo tenía ganado. El mundo de la música sabía que él sería el siguiente Mozart.

Pero Ervin Nyiregyhazi, nacido en Hungría en 1903, murió en Los Ángeles, California, a los ochenta y cuatro años de edad, viejo, solo y olvidado. ¿Cuál fue la razón de su eclipse? Una vida tempestuosa. Su vida borrascosa lo llevó a casarse y divorciarse diez veces.

Son muchos los grandes artistas y las personas famosas en su tiempo, de quien se dice que murieron «solos, pobres y olvidados». Lo mismo pasó con Nyiregyhazi. Nació con todas las virtudes del genio. Pudo haber sido tan grande como cualquiera de los grandes prodigios musicales del pasado, pero su vida ética y moral no corrió a la par con su talento.

La historia está llena de tales casos. Cada hombre nace con un puñado de virtudes, pero no son las virtudes las que garantizan el triunfo en la vida, sino lo que se hace con ellas.

Dios es justo, y a todos ofrece el potencial de crecer, desarrollarse y llevar una vida abundante y feliz. Pero los talentos personales y las oportunidades de la vida tienen que ser aprovechados y usados en una forma moral, ética y espiritual. No basta ser un genio. También hay que ser honesto.

Asaf escribe sobre los tiempos difíciles en la vida.  Existen personas que enseñan que la vida cristiana no debe ser así, sino que debemos tener salud perfecta y abundancia económica siempre.  Sin embargo, esta no es la realidad que vemos a diario, debido a las circunstancias que nos rodean o a las malas decisiones que hayamos hecho en nuestra vida.

1.  Salmos 77.  Un título para este salmo podría ser: «¿Cómo salir de la depresión?».  ¿Cómo se dio cuenta que estaba deprimido?  ¿Cuáles eran sus dudas? ¿Cómo salió de allí?

2.  Salmos 78.  Algunos dicen que si uno cree que todo es por gracia va a ser un libertino.  ¿Cómo nos ayuda Dios a no pensar así con este salmo? (compárese con Hebreos 12:5-10).  ¿A quién levantó (eligió) Dios para detener el síndrome pecaminoso del pueblo israelita? ¿Qué cualidades buenas tenía? ¿Cómo debe ser un líder de acuerdo a este pasaje?

3.  Salmo 79.  El linaje de David no fue fiel como él, y vino el desastre y el cautiverio.  Pero, ¿Quién les estaba disciplinando?  ¿Qué pedía el salmista?  ¿Qué derecho tenía de estar pidiendo esto?  ¿Es él parte del remanente fiel?  ¿Quieres ser parte de la masa o de los radicales que están dispuestos a dar su vida por Jesús?